domingo, 7 de noviembre de 2010

Espeluznante

En estos días he sabido que a Belén Esteban la llaman la "Princesa del Pueblo".
Se me ponen los pelos como escarpias de pensar que en nuestro entorno pueda haber personas (sin duda las hay, es pura estadística) que piensen así o que, al reclamo de los medios que ponen esto en circulación, tengan algún interés por algo relacionado con esperpentos como este.
Pero deben estar ahí: amigos, amigas, conocidas de amigos, novias o esposas de amigos, ¡familiares!. Si esto es "el Pueblo", yo, definitivamente, no tengo nada que ver con él...

lunes, 1 de noviembre de 2010

¿Alguien conoce algún restaurante chino en España?

Llevo tiempo con ganas de hacer algún comentario más frugal de los que habitualmente escribo en este blog. Así que por qué no hablar de algo mundano y rutinario como la comida.
A pesar de que quien me conoce probablemente sabe que mi cocina favorita es la india, la realidad es que cuando viajo a sitios como Londres, acabo comiendo en restaurantes chinos casi todos los días. Y encantado de la vida. No encuentro una cocina tan apetitosa y variada en ninguna otra carta. Bueno, probablemente la haya (¿Tailandia? y si, en España se puede comer muy bien...) pero, ¿dónde encuentro un cerdo tan delicioso como el cantonés a la barbacoa? -que ni el fogón más superlativo de Segovia supera en sabor para mi humilde gusto-. ¿Dónde unas verduras salteadas con sepia o unos platos de pasta en sopa tan absolutamente deleitadores?. Lo mismo encontraremos allá donde vayamos y haya una pequeña comunidad china. Sea Nueva York, Los Angeles o Bruselas. Vamos, en cualquier parte salvo... España. Aquí campan a sus anchas los rollitos de primavera, el arroz tres o mil! delicias y el maldito cerdo agridulce. ¿Dónde narices ha visto alguien a un chino comiendo estos inventos pseudoorientales para la península ibérica?. Ya me lo comentaron algunos conocidos que regentaron establecimientos de estos miméticos, con nombres rotundos que hacen referencia a Grandes Murallas, Grandes Chinas o la originalísima referencia a Hong-Kong. "Es que esto, más que comida china son platos al gusto de los españoles". La misma queja por parte de quien regresa de un viaje por China. Joder, que entienden estos por "gusto de los españoles", ¿tan distinto tenemos el paladar a los suecos o los holandeses?. Luego, si vamos a la carta, encontramos que todos parecen una fotocopia del primero que haya abierto en España -a lo mejor ese es el problema- pero como se lamentaba nuestro amigo Li, dueño de varios de estos restaurantes, el ofrecer auténtica comida china fué un fracaso para su primer restaurante en Madrid. Y perdió mucha pasta, que de eso se trata en el negocio a fin de cuentas. O sea que algo de culpa tenemos los locales.
Y es que estos chinos prefieren no arriesgar demasiado e ir a tiro fijo. En los tiempos del boom de estos restaurantes trabajaba en una agencia de publicidad y era gracioso como se iban pasando nuestra referencia los unos a los siguientes que abrían un local, yo era "el del periódico". Gracioso como todos los anuncios eran idénticos, al igual que sus Cartas... ¡Pero si hasta me encontré vajilla de uno en otro que acababa de inaugurar!.

Vamos que entre unos y otros, para comer un buen cerdo a la barbacoa cantonés me tengo que ir al extranjero. A no ser que alguien conozca algún auténtico chino y me lo diga, pues dicen que existen en Madrid o Bcna, pero yo aún no los he encontrado.

* Epílogo: ¿porqué todos los kebabs de España son idénticos y con el mismo sabor?. Todos cortados con trasquiladora, con ensalada que siempre es lechuga, tomate y cebolla exclusivamente y bañados en esa especie de ketchup a modo de salsa. Ni siquiera se les ocurre variar algo y tener pepino o guindillas para añadir. Y es que al igual que con los chinos, la gente joven se ha apoderado de estos chiringos y ¡se acabó!. Pensar que en una pequeña ciudad de Marruecos los dichosos kebabs tenían su propia personalidad y sabor en establecimientos separados por seis metros escasos, lo mismo en Grecia y no digamos en Turquía, de donde dicen provenir los platos que se sirven en los locales de aquí, casi siempre regentados por pakistaníes o bengalíes -no se os ocurra preguntar si tienen raki, a lo mejor os quieren traer una especie de yogur como me pasó una vez-.
Atrás quedó el tiempo en que aprovechaba cada visita a Madrid para poder comerme un kebab, pues no había en otros sitios. Ahora, he quedado hasta el gorro de estos bocadillos clónicos.