martes, 19 de febrero de 2013

Sin remedio


Masa de personas


Reconozco que estoy cansado.
Hasta el gorro del bombardeo diario a mi alrededor de quejas, proclamas mas o menos incendiarias, peticiones de dimisión colectiva, llamadas al boicot y la madre que lo parió!
Desde facebook a la manifestación semanal enfrente de mi trabajo y ante la sede del PP, desde los emails enloquecidos que llaman al levantamiento del pueblo (¿qué narices es el pueblo?) contra el gobierno hasta la instauración de la III República nada menos.
Bueno, creo que todo está justificado de alguna manera con la terrible situación en que nos encontramos. Un gobierno de vividores y mangantes apoltronados. ¿Pero cuantos políticos no lo son?.
Y lo que me parece más sangrante, dónde estaba toda esta gente -aparte de las tímidas manifestaciones y las huelgas generales de taperware- cuando el nefasto Zapatero aceleraba con brío hacia la hecatombe que se nos avecina (digo aceleraba porque esto, como decían desde hace años economistas versados en la materia, era inevitable). Entonces, como nuestro simpático El jueves, se dedicaban a la mofa y el escarnio de Aznar, la Espe y los Reales pero sólo criticaban de mentirijillas (o de ninguna manera) a los ineptos que nos gobernaban entonces. Por cierto, Zapatero no era tan tonto como parecía y se fué de rositas, además ahora no abre la boca no vaya alguien a acordarse del iluminado que residía en la Moncloa por aquellos años.
Me da que toda esta gente vive en esa ensoñación inmadura, sectaria e infantil de buenos y malos, o los míos son menos malos. Aquí se igualan peperos y progres, con lo fácil que es ver que todos son malísimos.
Ciertamente siento náusea por todos estos políticos a los que nunca he votado, aunque en realidad la siento por la política en general.
Respeto a los contestatarios que siempre lo han sido, sean del lado que sean. Pero esos siempre han sido una ínfima minoría.
Y ahora digo, ¿de qué se quejan todos mis conciudadanos?. ¿Dónde coño estaban entonces?: cuando había para la nueva tele plana, el vermut con los compadres y las comadres, la semanita en Tenerife o el Megane a estrenar. Entonces el capitalismo no parecía tan fiero. Pues si majos, el capitalismo es así de malo y traicionero.
Repito, a todos estos no los he traído yo, los trajo ese 78% y medio largo de ciudadanos que votaron al PP y al Psoe en las últimas dos elecciones generales. Supongo que alguno de los que ahora se lamentan o furibundamente protestan pertenecerá a ese minúsculo ochenta por ciento de la población, ¿no?.
Como argumento todas estas lumbreras clamarán que si el voto inútil o dirán que si no ¿a quién voy a votar?. No sé, cuando voy al colegio electoral yo veo un montón de papeletas, algunas hasta en blanco inmaculado, nadie me pone una pistola en la cabeza cargada de cartuchos marca ppsoe.